El efecto Flynn y su influencia en las evaluaciones psicopedagógicas

El profesor Josep María Lluis i Font obtuvo las puntuaciones de un numeroso grupo de niños de 6 y 7 años de edad en un test de inteligencia aplicado en Barcelona en 1970. Treinta años después aplicó el mismo test a un grupo equivalente de niños. Los resultados indicaron una ganancia generacional de inteligencia equivalente a 3 puntos de CI por década, precisamente el incremento generacional promedio observado internacionalmente por diversos investigadores.

El incremento que a lo largo del siglo XX experimentó el CI al pasar de una generación a otra se le conoce como el efecto Flynn“Si se le pudiera aplicar una prueba de inteligencia moderna a las personas de hace un siglo tendrían un cociente intelectual promedio de 70 […] y si nos sometiéramos a la prueba con sus normas de hace 100 años entonces obtendríamos un cociente promedio de 130” afirma el profesor Flynn en este fantástico vídeo. ¿Quiere esto decir que nuestros ancestros estaban en el límite de la discapacidad intelectual?, ¿somos nosotros los que estamos en el límite de lo que tradicionalmente se ha considerado tener una capacidad superior?

Independientemente de la razón por la cual se produce esta ganancia generacional, una de las consecuencias lógicas de aplicar pruebas antiguas es que la interpretación de los resultados muy probablemente no se esté ajustando a la realidad actual del evaluado, siendo bastante probable que la persona esté obteniendo un resultado más alto. ¿Tiene entonces sentido aplicar pruebas a niños de hoy en día cuyos baremos(1) son los de hace 20, 30 o 40 años? ¿Realmente podremos concluir que el rendimiento de ese niño está siendo comparado al de su grupo de referencia? Cuando se trata de evaluar la capacidad intelectual de un niño, la antigüedad de los instrumentos se traduce por lo tanto en obsolescencia que rayaría la imprudencia.

Aplicado a nuestro ámbito, el de las altas capacidades intelectuales, nosotros consideramos que esto debería de tenerse realmente en consideración para que la respuesta educativa diseñada entre otras cosas gracias a la evaluación psicopedagógica se ajustara realmente a las necesidades educativas del niño.

(1) Baremar una prueba consiste de manera simplificada en asignar a cada puntuación directa obtenida por un sujeto en una determinada tarea o test, un valor numérico que informe sobre la posición que ocupa dicho sujeto en relación al resto de personas (por ejemplo, de su misma edad). Esto se consigue mediante un proceso de aplicación masivo y controlado de la prueba previamente a la comercialización de la misma.

 

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