¿Ayudar ahora a quien más nos ayudará en el futuro? Sí, pero ¿por qué razón?

Recientemente se ha publicado el libro Dumbing down America: The war on our nation’s brightest young minds. El título podría traducirse al español como “El embrutecimiento de los Estados Unidos: la guerra declarada a nuestras mentes jóvenes más brillantes”. El libro lo ha escrito James Delisle, un profesional que se ha dedicado en cuerpo y alma durante más de 30 años a trabajar “mano a mano” con chicos con alta capacidad intelectual. Se trata por tanto de un profesional con una amplísima carrera y una enorme y valiosísima experiencia. Un educador con todas las letras.

Pese a que aún no hemos podido hacernos con una copia del libro, sí que hemos podido acceder a parte de sus contenidos y a las tesis planteadas en el mismo. La perspectiva que el autor pero sobre todo la editorial ha decidido adoptar de cara a la promoción de la publicación ha sido la del “beneficio social futuro”. Este planteamiento sostiene que ignorar las necesidades de los más capaces es tirar piedras contra nuestro propio tejado al negar la Administración ya sea por omisión o por comisión una más adecuada formación a aquellas personas que por principio tienen una mayor probabilidad de alcanzar cotas más altas de rendimiento.

En el Centro Renzulli consideramos que la dimensión social de la atención al alumnado con alto potencial es realmente importante pero no sólo por las consecuencias positivas que tendría para la sociedad en su conjunto el atender de manera diferenciada a esta población. La consideramos igualmente fundamental por las consecuencias positivas que tendría para los propios sujetos e independientemente de dicho rédito social. A nuestro juicio este elemento es clave: concebir la atención al alumno con capacidad superior como un fin en sí mismo.

Creemos por tanto que la valoración social más o menos generalizada de la capacidad superior posibilitaría, además de una atención formativa diferenciada con vistas a réditos futuros, un abordaje de las necesidades más fundamentales y personales de estos chicos. Necesidades reales, profundas y a veces tan complejas que en no pocas ocasiones llevan aparejadas grandes niveles de frustración y dolor. Y es que como ya tantas veces se ha dicho y se seguirá diciendo: ni estos chicos se ayudan solos, ni tener una capacidad intelectual superior es garantía de éxito (como el señor Delisle y otros muchos profesionales no se cansarán jamás de repetir). Ayudar ahora a quien seguramente más nos podrá ayudar en el futuro. Pero porque nos necesitan.

 

Centro Renzulli

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